Amor y autoaceptación que irradian calidez y cuidado hacia uno mismo y los demás. Contribuye a generar una atmósfera amorosa y acogedora, promoviendo la aceptación personal y armonizando la energía en entornos grupales. Puede atraer la energía del amor hacia el aura y ayudarnos a proyectarla al mundo, fortaleciendo la conexión emocional con quienes nos rodean. También puede estimular la creatividad desde un lugar de ternura y apertura del corazón.