Restaura el equilibrio y despierta una comprensión profunda. Ayuda a liberar energías retenidas del pasado y a restaurar el equilibrio en el cuerpo etérico, facilitando una nueva claridad y presencia en el aquí y ahora. El color naranja nos permite soltar y aceptar lo que sucede a nuestro alrededor con mayor fluidez. Es especialmente útil en contextos grupales, talleres o momentos de integración y armonización de experiencias de vida difíciles.